miércoles, 8 de diciembre de 2010

Enfermedades más frecuentes de los aparatos relacionados con la nutrición.



El aparato digestivo:
-Caries. Están causadas por bacterias que viven en la boca y descomponen los restos de alimentos, preferentemente azucarados, que quedan entre los dientes. Como resultado de la descomposición, se forman unos ácidos que disuelven y destruyen el esmalte dental, de manera que producen una serie de cavidades que van aumentando de tamaño hasta provocar la destrucción de la pieza afectada. El tratamiento de la caries consiste en eliminar la zona dañada y rellenar luego el orificio con una sustancia (empaste) para reconstruir el diente.


-Gingivitis. Es una inflamación dolorosa de las encías, que se enrojecen y sangran. Puede estar producida por diferentes causas: caries, deficiencia de vitaminas, consumo de alcohol o infecciones bucales. Su progresión puede originar piorrea (inflamación e infección de los ligamentos y huesos que soportan los dientes).


-Gastritis. Se debe a una irritación de la mucosa gástrica que suele provocar su inflamación. Produce síntomas como acidez, dolor y ardor de estómago. Puede estar causada por cualquier sustancia irritante, como el alcohol, el tabaco, las comidas picantes y algunos medicamentos, o bien acompañar a situación de estrés, que se caracterizan por una secreción excesiva de ácido. También puede ser debida a una secreción escasa de mucus protector, por lo que la mucosa no está bien aislada del juego gástrico.




-Úlcera. Es una herida originada por la destrucción de la mucosa gástrica. Suele localizarse en el estómago o en el duodeno. 



-Hepatitis. Es una inflamación del hígado, en muchos casos grave, causada por algunos virus, el abuso de bebidas alcohólicas o determinados medicamentos. 


-Cirrosis. Se trata de una enfermedad grave que provoca la destrucción de las células hepáticas y la formación, en su lugar, de un tejido fibroso que no desempeña la función del tejido al que sustituye.


-Cálculos biliares. También llamados piedras, son partículas sólidos, constituidas  por el colesterol o las sales minerales que se encuentran en la bilis.


-Infecciones intestinales. Son infecciones producidas por algunas bacterias presentes en el agua o en los alimentos.


-Salmonelosis. Se trata de una enfermedad infecciosa  provocada por las sustancias tóxicas o toxinas que producen algunas bacterias que se encuentran en los alimentos en mal estado, sobre todo en los huevos, la carne de ave y la mayonesa.


-Apendicitis. Es una inflamación del apéndice que produce intenso dolor, náuseas, vómitos y fiebre, originada por la retención de residuos en su interior, lo que favorece la acción de las bacterias.


-Estreñimiento. Consiste en la dificultad para evacuar las heces fecales debida a una baja movilidad del intestino grueso, por lo que, al ser retenidos los restos de la digestión en el colon durante mucho tiempo, se produce una gran absorción de agua que endurece las heces formadas, dificultando aún más su expulsión. 


-Diarrea. Se produce cuando la masa alimenticia recorre el intestino grueso muy deprisa al contraerse este de forma rápida e intensa.




El aparato respiratorio:
-Enfermedades infecciosas. En este caso, la zona afectada se inflama y se produce un aumento de la secreción de mucus, tos y, en muchas ocasiones, fiebre; también puede haber dolor localizado.


-Afonía. Es una dificultad para emitir sonidos. Se produce por inflamación de las cuerdas vocales, lo que supone un impedimento para su vibración. Puede ser debida a infecciones microbianas o a esfuerzos excesivos motivados por gritos o por hablar de forma prolongada.


-Sinusitis. Consiste en la inflamación de los senos nasales, cavidades de ciertos huesos de la cara y el cráneo que están comunicadas con las fosas nasales. Puede deberse a una infección microbiana que provoca dolor y secreciones amarillo-verdosas. En muchos casos, la sinusitis se ve favorecida por algún defecto nasal, como la desviación del tabique.


-Rinitis alérgica. La presencia de algunas sustancias en el aire (granos de polen, polvo, hongos, etc.) puede desencadenar en algunas personas reacciones alérgicas que les afectan la nariz, secreción acuosa, picor y estornudos. 


-Asma. En algunos procesos infecciosos que afectan a los bronquios o a ciertas reacciones alérgicas, la contracción de los músculos de los bronquios y un exceso de secreción dificulta el paso del aire; provoca una sensación de ahogo y angustia.


-Bronquitis crónica. La irritación de la mucosa de los bronquios por diferentes causas (humo, contaminantes atmosférico...) esta enfermedad se caracteriza por ataques frecuentes de tos con expulsión por la boca de las secreciones del tubo respiratorio, dolor en el pecho y asma.


-Enfisema pulmonar. Un enfisema se define por el agrandamiento permanente de los espacios aéreos distales a los bronquiolos respiratorios, con destrucción de la pared alveolar, con o sin fibrosis manifiesta. Se caracteriza por hinchazón del torax y con frecuencia fallos del corazón.


-Pleuresía. Es una inflamación de la pleura que se manifiesta con dolor fuerte, sobre todo al toser, fiebre y en ocasiones derrames del líquido pleural. 


-Cáncer de pulmón o garganta. Consisten en el crecimiento desordenado de una masa de tejido que invade y destruye los tejidos próximos. Son más frecuentes en fumadores y puede dar lugar a causar muertes.


El aparato circulatorio:
-Hipertensión arterial (tensión alta). es una enfermedad crónica caracterizada por un incremento continuo de las cifras de presión sanguínea en las arterias. La presión arterial máxima normal que tiene una persona adulta joven es de 120 mmHg, y la mínima de 70 mmHg.


-Arteriosclerosis. Es el endurecimiento de las arterias. Al perder estas parte de su elasticidad, la presión sanguínea se eleva, por lo que la arteriosclerosis guarda relación con la hipertensión.


-Aterosclerosis. es un síndrome caracterizado por el depósito e infiltración de sustancias lipídicas en las paredes de las arterias de mediano y grueso calibre. Es la forma más común de arteriosclerosis.  Provoca una reacción inflamatoria y la multiplicación y migración de las células musculares lisas de la pared, que van produciendo estrechamientos de la luz arterial. 


-Aneurisma. se trata de la dilatación anormal de un vaso sanguíneo, generalmente de una arteria importante, cuya rotura produce un derrame que puede tener consecuencias fatales.


-Varices. son dilataciones venosas que se caracterizan por la incapacidad de establecer un retorno eficaz de la sangre al corazón. Las más habituales son las de los miembros inferiores.


-Infarto de miocardio. Consiste en la muerte de una parte del músculo cardíaco por la falta de riego sanguíneo debida a la obstrucción de una de las arterias que irrigan el miocardio (denominadas arterias coronarias).


-Angina de pecho. Se denomina así la falta de oxígeno en el miocardio cuando se hace un esfuerzo o ejercicio. No provocan la muerte de las células del miocardio. Los síntomas son dolor y palidez.


-Insuficiencia cardíaca. Es la incapacidad del corazón para proporcionar un flujo de sangre adecuado a las necesidades del organismo. Las características son: sensación de ahogo, color azulado en los labios y extremidades, fatiga, debilidad y acumulación de líquidos y tejidos (edema).


-Endocarditis. Consiste en la inflamación del endocardio por una infección bacteriana. Síntomas: malestar general, fatiga y falta de apetito.


-Alteraciones de las válvulas cardíacas. Las causas de éstas anomalías puede ser: genética o derivada de alguna infección. Hay dos tipos:
■ Estrechamiento (estenosis). La sangre pasa con dificultad por las válvulas cardíacas y una parte del corazón debe realizar mayor esfuerzo.
■ Cierre defectuoso. Una parte de la sangre refluye hacia atrás, con lo que la contracción del miocardio resulta menos efectiva.


-Anemia. Consiste en la disminución del número de glóbulos rojos en la sangre o de la cantidad de hemoglobina presente en ellos.


-Leucemia. Denominada popularmente "cáncer de la sangre", se trata de un aumento excesivo del número de glóbulos blancos anormales que circulan por la sangre, al tiempo que disminuyen la células normales.


-Hemofilia. Se trata de una enfermedad hereditaria que consiste en la falta de unas proteínas del plasma sanguíneo necesarias para la coagulación de la sangre.


-Trombosis.  Se denomina así la formación de un coagulo sanguíneo en el interior de una arteria.


El aparato excretor:
-Insuficiencia renal. Es la condición en la cual los riñones dejan de funcionar correctamente. Fisiológicamente, la insuficiencia renal se describe como una disminución en la filtración de la sangre tasa de filtración glomeular (TFG). Clínicamente, esto se manifiesta en una creatinina del suero elevada.


-Nefritis. Es una inflamación del riñón. Es frecuentemente causada por infecciones, toxinas o enfermedad autoinmune.


-Cistitis. Es la inflamación aguda o crónica de la vejiga urinaria, con infección o sin ella.


-Incontinencia. Se trata de la pérdida de orina al realizar movimientos que exigen contraer el abdomen (toser, estornudar...) o cuando se siente la necesidad de acudir al baño.


-Cálculo (piedras). Se trata de estructuras sólidas formadas por la precipitación de las sustancias que se encuentran disueltas en la orina. Esto ocurre cuando su concentración es muy elevada y la disolución se satura en exceso.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Dietas saludables y equilibradas.


Una dieta: es la pauta que una persona sigue en el consumo habitual de alimentos. Etimológicamente la palabra «dieta» proviene del griegodayta, que significa ‘régimen de vida’. Se acepta como sinónimo de régimen alimenticio, que alude al ‘conjunto y cantidades de los alimentos o mezclas de alimentos que se consumen habitualmente’. También puede hacer referencia al régimen que, en determinadas circunstancias, realizan personas sanas, enfermas o convalecientes en el comer y beber. Popularmente, y en el caso de los humanos, la dieta se asocia erróneamente a la práctica de restringir la ingesta de comida para obtener sólo los nutrientes y la energía necesarios, y así conseguir o mantener cierto peso corporal
 
Grupos de alimentos y su valor nutritivo:
Grupo 1: Leche y derivados (queso, yogur), son ricos en proteínas, grasas, vitaminas y sales minerales.
Grupo 2: Carnes, pescados y huevos, tienen un alto contenido en proteínas.
Grupo 3: Legumbres (lentejas, garbanzos...), tubérculos (patatas) y frutos secos, tienen un alto contenido en glúcidos y sales minerales. También contienen proteínas.
Grupo 4: Hortalizas y verduras, tienen un alto contenido en agua, fibra alimentaria, vitaminas y sales minerales. Pobres en proteínas y grasas.
Grupo 5: Frutas y derivados, tienen un alto contenido en agua, fibra, vitaminas y sales minerales. Pobres en proteínas y grasas.
Grupo 6: Cereales (arroz, pan, maíz), pastas y azúcar, son ricos en glúcidos. Contienen también proteínas y sales minerales.
Grupo 7: Grasas (tocino, mantequilla) y aceites, tienen un alto contenido en grasas y en vitaminas liposolubles.



La dieta humana se considera equilibrada si aporta los nutrientes y energía en cantidades tales que permiten mantener las funciones del organismo en un contexto de salud física y mental. Esta dieta equilibrada es particular de cada individuo y se adapta a su sexo, edad y situación de salud. 
Existen una serie de recomendaciones generales para seguir una dieta equilibrada:
■ Hay que diversificar los alimentos que se ingieren.
Es aconsejable tomar entre un 10% y un 15% de alimentos proteicos, tanto de origen animal como vegetal, e incluir nutrientes energéticos procedentes de diversas fuentes (entre un 55% y un 60% de glúcidos y un 30% de grasas).

■ Es preciso realizar varias comidas al día, no muy abundantes, en lugar de una o dos muy copiosas. De esta forma se facilita la digestión y la absorción de los nutrientes.

■ Se deben tomar alimentos vegetales frescos que cubran los requerimientos diarios de vitaminas.

■ Hay que evitar los alimentos precocinados y excesivamente refinados (platos preparados, conservas...), ya que en su elaboración han perdido muchos nutrientes.

■ Se deben incluir grasas insaturadas es una proporción adecuada y reducir el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas y colesterol, con el fin de prevenir la aparición de enfermedades graves que afectan al aparato circulatorio (infarto, arteriosclerosis, trombosis...).

■ Se tienen que consumir a diario alimentos ricos en fibra.


Dieta mediterránea: se designa a la alimentación tradicional de los países del sur de Europa, entre ellos España, que actualmente se considera una de las más equilibradas y saludables.

Los alimentos básicos que componen la dieta mediterránea son:

Aceite de oliva: contiene grasas insaturadas de origen vegetal, más beneficiosas que las grasas animales saturadas de la mantequilla.
Cereales: son ricos en glúcidos complejos, más saludables que los sencillos, como el azúcar.
Legumbres: suministran un aporte equilibrado de nutrientes y fibra alimentaria.
Pescados: constituye una importante fuente proteica con menos colesterol que la carne.
Verduras y frutas: son muy ricas en vitaminas sales minerales y fibra.


Dietas especiales.

Dietas hipocalóricas, incluyen un porcentaje de alimentos energéticos (glúcidos y grasas) menos que el recomendado en la dieta equilibrada, por lo que son adecuadas para perder peso cuando este es excesivo.

Dietas hipercalóricas, se caracterizan por su elevado contenido de alimentos energéticos. son apropiados para personas que tengan una delgadez excesiva y deban aumentar de peso.

Dietas bajas en colesterol, están recomendadas tanto para personas con una alta tasa de colesterol en sangre  y que corren, por consiguiente, un riesgo mayor de sufrir enfermedades del aparato circulatorio como para las personas que ya padecen esas enfermedades. 

Dietas con alto contenido de residuos, se caracterizan por incluir una gran cantidad de alimentos ricos en fibra. Resultan muy adecuadas para aquellas personas que padecen estreñimiento crónico.
Dietas blandas, debido a la escasa de cantidad de fibra que incluyen, estas dietas son recomendables cuando hay problemas de obstrucción intestinal.
Hay personas que, por razones éticas, religiosas o culturales, siguen dietas que no incorporan ningún alimento de origen animal (dietas vegetarianas estrictas) o que suprimen carnes y pescados, pero permiten huevos, leche y derivados lácteos.